Seres de porcelana desprovistos de vida, así son los
retratos del artista ruso. Maestro del retoque digital que obliga al espectador
a mirar más allá de la piel suavemente pulida de sus modelos.
Dou se ha asignado la tarea de elegir a sus modelos
mediante un selecto casting, para luego de cada sesión fotográfica retocar las
imágenes hasta lograr visualizar la esencia del ser humano.
Oleg desprende su preferencia por los niños, en la que
pequeños de diferentes razas suelen estar acompañados por elementos extraños
como: orejas de cordero, narices de cerdo y cuernos, rememorando, a su manera,
los disfraces que se visten en la niñez.
Oleg
transporta con sus retratos hasta el límite de la realidad, donde lo bello y lo
repulsivo se confunden, y la piel y el plástico se fusionan en un sinfín de
personajes imposibles; su trabajo es, también, una invitación a reflexionar
sobre el condicionamiento social al que el ser humano está expuesto desde la
infancia.
Para mí sus fotos representan los comportamientos, las emociones y los
sentimientos de los seres humanos. Los niños siempre dicen la verdad y son
representados como seres dotados de pureza. Son los más indicados para mostrar
al ser humano tal y como es, ellos tienen muchas preguntas y todo un mundo por
descubrir. En la foto del niño con el antifaz pienso que lleva los ojos vendados porque todavía es pequeño y no está expuesto a la realidad. El antifaz tiene agujeros por los que puede ver las cosas pero no tiene suficiente madurez como para quitárselo. El ser humano cuya piel está repleta de letras muestra el lenguaje. La forma de comunicarnos los seres humanos.. Todo es lenguaje y sin el no podríamos conocer a los demás y conocer lo que nos rodea.
En cuanto a las fotos a las que Oleg añadió elementos de animales, creo que no
tienen tanto que ver con los animales sino que pretenden resaltar algunos aspectos
del ser humano. Las orejas y los grandes ojos le sirven para observar bien su
alrededor y a lo que se van a enfrentar. En el caso del niño con cuernos
blancos y piel blanca y el niño con cuernos rojos y piel oscura puede
simbolizar las diferencias raciales que se dan en nuestra sociedad hoy en día.
Oleg dice: “Siento que mi trabajo se basa en la comunicación con el espectador, hay una poderosa conexión de por medio a través de la cual intento buscar la pureza del ser humano. Por eso mi material favorito es el rostro de la gente.” "El mundo que me rodea me inspira en todos los sentidos al momento de hacer retratos con aspecto de muñecas de porcelana que parecen no tener emociones".
Andrea García Pérez
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