Este blog está escrito por los estudiantes de 1º de bachillerato B, del IES Carreño Miranda. Esperamos que disfruten con nuestra filosofía.

sábado, 25 de mayo de 2013

La reducción de cabezas.


Los Shuar o jíbaros son un pueblo que vive en la zona del Amazonas, entre las selvas de Perú y de Ecuador. Jíbaros es el nombre que los españoles les han dado, que quiere decir ‘salvajes’, ahora entenderéis porque les llamaron salvajes.
La reducción de cabezas es una tradición ancestral Shuar y tiene gran simbolismo. Cuando se enfrentan dos tribus Shuar por el dominio de un territorio o por otros motivos, el jefe vencedor toma la cabeza del jefe perdedor y procede a la reducción de la cabeza del mismo. Los miembros de la tribu vencida pasan a ser parte de la tribu vencedora, sin que haya repudio o discriminación.
Para la reducción de la cabeza, los Shuar primero cortan la cabeza de su adversario. Luego, con un cuchillo, hacen un corte desde la nuca al cuello, tiran de la piel y la desprenden del cráneo, desechando el cerebro, ojos y demás partes blandas, además de los huesos.
El siguiente paso es meter la piel en agua hirviendo, a la que le añaden jugo de liana y otras hojas, lo cual evita el desprendimiento del cabello. Mantienen la cabeza sumergida durante unos quince minutos, ya que si lo hicieran más tiempo la cabeza podría ablandarse demasiado y posiblemente pudrirse.
A continuación, retiran la cabeza del agua; en ese momento está reducida a la mitad del tamaño original, y dejan que se seque. Una vez seca, raspan la piel por dentro para quitar restos de carne, y evitar el mal olor y la putrefacción; finalmente la frotan por dentro y por fuera con aceite de Carapa.
Finalmente, la cuelgan sobre el fuego para disecarla poco a poco con el humo. En este proceso la cabeza termina de reducirse. Tras el proceso, la cabeza reducida termina teniendo el tamaño aproximado de un puño, es decir la tercera o cuarta parte de su tamaño original. 
Yo veo este ritual una salvajada y ahora entiendo porque los españoles les llamaron el pueblo de los salvajes. No es que la considere más humana o menos, simplemente creo que una persona, sea tu enemigo o no, no se merece esto. Suelo respetar todas las tradiciones, pero esta es una de las que me pone los pelos de punta. Encima, los miembros de la tribu perdedora pasan a ser miembros de la otra y tienen que ver todos los días como la cabeza de su antiguo jefe está ahí colgada.   
Jose Luis Cuervo Capa.

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