Los Keraitas, los Tártaros, los Markitas y los Naimanos luchaban en la antigüedad para convertirse en el gran pueblo jintete, el pueblo que controlara el mayor número de caballos. Después de doscientos años de lucha incansable, los
bahadur (reyes) de cada tribu, se reunieron en Dotchina Kalóh, el pueblo sagrado del caballo. Ahí acordaron que sus pueblos se unirían en un solo pueblo, establecieron una lengua común y única, declararon la paz perpetua para siempre y redactaron una especie de constitución llamada
Yassa, así nacieron los mongoles.
Los mongoles se dividen en cinco clases sociales: los
bahadur (que como ya he escrito antes son los reyes), los
noyons (los príncipes, que normalmente eran los hijos de los
bahadur, pero otras eran elegidos por el mismo pueblo), los
khanes (que eran los consejeros espirituales, los curanderos o los mensajeros), los hombres libres (el ejército) y por último estaba compuesto por los siervos y esclavos, que servían y eran propiedad de los anteriores.
El estado de Mongolia tiene tres religiones oficiales: el islam, el lamaísmo y el chamanismo, pero la cultura mongola solo reconoce la adoración a Ovoo, que incluye una serie de rituales.
El pueblo mongol es nómada, y lo que utilizan para desplazarse son los caballos, que son como sus animales sagrados. Cuando los niños cumplen tres años, se les ata al caballo para que aprendan a montar. Pueden estar allí horas, e incluso días, todo el tiempo que requiera que aprendan a cabalgar, ya que esto significa para ellos muchas veces la diferencia entre la vida y la muerte cuando viajan. Cuando un caballo muere, utilizan su piel para hacer tiendas de campaña y su carne para alimentarse. Todos los lácteos que obtienen proceden de sus yeguas.
Los mongoles no son un pueblo machista y las mujeres pueden pertenecer a las cinco clases sociales, incluida la de los chamanes y mensajeros. Visten igual tanto hombres como mujeres, y su peinado más común es una trenza larga que les recorre la espalda, por eso es difícil de distinguirles a simple vista.
Los países consideran a los pueblos mongoles como atrasados y sanguinarios, pero la verdad es que es el país con menos tasa de asesinatos, robos, atentados... de toda Asia, y es que el pueblo mogol ve muy mal la no cooperación de un mongol con otro, y muchísimo peor que se atente contra él directamente. Y aunque no tengan escuelas en el estricto significado de la palabra, los
Khanes son los encargados de inculcar a los niños un mínimo de cultura, entre la que se encuentra conocimientos sobre música, historia, matemáticas, literatura e inglés. Son muy ecologistas, y jamás matan algo que no necesiten estrictamente.
Los mongoles históricamente han sido un pueblo muy solicitado por sus países vecinos por lo nobles, honestos, trabajadores y poco avaros que son. Por ejemplo, en la construcción de la Muralla China, el 80% de los trabajadores fueron mongoles.
Les gusta mucho el festival que hacen una vez al año, en el cual se reúnen cientos de pueblos mongoles a rendir culto a los caballos, a lucir sus coloridos trajes, a tocar su instrumento típico llamado
kan y donde surgen muchas alianzas matrimoniales entre un pueblo y otro.
Son un pueblo muy trabajador y muy moderado, y en muchos otros aspectos también son un pueblo a seguir. Podríamos clasificar los como un pueblo discreto que ha sabido perdurar a través de los siglos manteniendo la tradición y la cultura casi intactas, pero por su falta de tecnología y por el escaso avance, ¿los clasificaríamos como una cultura a mejorar o a mantenerse así?
Rosana Fernández Rodríguez